Lluís Permanyer

   Xavier Rubert de Ventós

> Extracto revista Tropos

Claret, Joan
1973

Nace en Barcelona en 1929. Forma parte del grupo “Cero Figura” participando en las exposiciones que realiza el grupo y en las publicaciones que lleva a cabo en colaboración con la Sala Gaspar de Barcelona: “Homenaje informal a Velázquez”, “El objeto”, “Mural”, etc.

A partir de entonces a realizado numerosas exposiciones.

Problemas de los grupos / Pintura y escritura / La heréncia abstracta


 
     

Desde luego, ahora la gente siente interés por tener algún cuadro, y esto es bueno para nosotros, los pintores; aunque la actitud del comprador sea un poco falsa.
¿Qué principios movían al grupo Cero Figura?

 

 

Bueno, aquello no llegó a ser realmente un grupo. El grupo es difícil en Barcelona; aquí todos somos muy individualistas. Y un grupo casi siempre acaba siendo un grupo fotográfico. Se hace una foto y se disuelve. No hay colaboración.

 
    También debe influir el hecho de que aquí las instituciones no son tan contrarias a la cultura. El origen de los grupos suele ser el resultado de la necesidad de hacer un frente común; un frente defensivo, como comentábamos el otro día refiriéndonos a los grupos valencianos. Es una unión que responde a un estado real de indigencia por parte de las instituciones, que no te responden.

 

Sí, de acuerdo. Hay siempre un factor común dominante en la formación de un grupo. Varios señores quieren exponer y dicen: “Entre los tres podemos pagar una galeria”. Esto lo comprendo y es lógico. Pero en el momento que uno de estos señores puede resolver su problema por separado, si no ha habido otro tipo de unión, el grupo se disuelve. ¡Al menos que exista un respeto si vas a exponer con otros artistas! Pero el mundo de la pintura es terrible; todos se creen que son mejores que el vecino. Es terrible; pero yo creo que es necesario. Cuando está metido en una cosa, dificilmente ve lo que hace el que está al lado. Es decir, un pintor es muy mal espectador de otro pintor. Hay excepciones. Pero generalmente es muy malo. Por eso no hay cosa peor que decir a un pintor: “¿Tú que opinas de aquel otro pintor?”. Y es que es muy difícil honradamente hablar de la pintura de otro señor. Yo siempre me doy cuenta de esto: Si estás haciendo un tipo de pintura y te preguntan de otro señor que hace otro tipo de pintura completamente diferente es muy difícil responder. En el momento en el que tú has elegido un camino y vas por ese camino, lo que hacen los otros lo miras. Pero te interesa poco. Porque ya estás comprometido. Es distinto del espectador, que pueden gustarle cosas distintas.

 

 
   

¿Cómo surgió la idea de hacerle un homenaje a Velázquez?

 

Fue cosa de un grupo que fueron a la Bienal de Venecia. Y del crítico Santos Torroella. Entonces dijeron: “Hay que hacer algo, porque esto está muy muerto, etc.”. Lo de siempre. Todos los días hay buenas iniciativas, que luego no se llevan adelante por muchas razones, entre ellas la razón económica, que es la fundamental.

 

 
    ¿Qué problemas centrales te preocupan en la realización
de tu obra?

 

Lo importante de mi pintura es el planteamiento. Técnicamente no ofrece muchos problemas. Yo realizo los cuadros sin partir de un esquema básico. Mis cuadros se desarrollan como una escritura. Voy pintando y sobre la marcha corrijo si se produce alguna falta de equilibrio. Es importante, porque la primera parte del cuadro me condiciona la segunda. Produzco en el cuadro una especie de secuéncia, un proceso ….
Creo que en la pintura se plantea una alternativa: lo espontáneo y lo seleccionado. Un ejemplo de algo que se desenvuelve y se desarrolla de manera espontánea sería la novela-río. Aunque ambas son válidas creo que en mi pintura se inclina hacia el segundo tipo.

 

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